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Piedra negra sobre una piedra blanca

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Henri Royer,  Vue sur Montmartre Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- tal vez un jueves, como es hoy, de otoño. Jueves será, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los húmeros me he puesto a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo. César Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que él les haga nada; le daban duro con un palo y duro también con una soga; son testigos los días jueves y los huesos húmeros, la soledad, la lluvia, los caminos… César Vallejo

Y entonces...

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Nikolai Ge, Retrato de León Tolstoi << (…) y entonces, no pudiendo ya contenerse, lloró como un niño. Lloraba a causa de su impotencia, de su terrible soledad, de la crueldad de las personas, de la crueldad de Dios, de la ausencia de Dios >> . León Tolstoi, La muerte de Ivan Ilich

Los nadies...

Eduardo Galeano  

¿Así que quieres ser escritor?

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Si no te sale ardiendo de dentro, a pesar de todo, no lo hagas. A no ser que salga espontáneamente de tu corazón y de tu mente y de tu boca y de tus tripas, no lo hagas. Si tienes que sentarte durante horas con la mirada fija en la pantalla del computador o clavado en tu máquina de escribir buscando las palabras, no lo hagas. Si lo haces por dinero o fama, no lo hagas. Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama, no lo hagas. Si tienes que sentarte y reescribirlo una y otra vez, no lo hagas. Si te cansa solo pensar en hacerlo, no lo hagas. Si estás intentando escribir como cualquier otro, olvídalo. Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti, espera pacientemente. Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa. Si primero tienes que leerlo a tu esposa o a tu novia o a tu novio o a tus padres o a cualquiera, no estás preparado. No seas como tantos escritores, no seas como tantos miles de personas que se llaman a sí mismos escritores, no seas soso

“In memoriam”

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Federico García Lorca, Autorretrato para Poeta en Nueva York Dulce chopo, dulce chopo, te has puesto de oro. Ayer estabas verde, un verde loco de pájaros gloriosos. Hoy estás abatido bajo el cielo de agosto como yo bajo el cielo de mi espíritu rojo. La fragancia cautiva de tu tronco vendrá a mi corazón piadoso. ¡Rudo abuelo del prado! Nosotros nos hemos puesto de oro. Federico García Lorca

Paris... Day & Night

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Eternidad

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William Blake,  La escalera de Jacob Quien a sí encadenare una alegría malogrará la vida alada. Pero quien la alegría besare en su aleteo vive en el alba de la eternidad. William Blake

Paris, 1550...

Así despertó de repente en la vida de un hombre sencillo un sueño...

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Édouard Manet, Claude Monet en Argenteuil << Así despertó de repente en la vida de un hombre sencillo un sueño , como una flor de jardín noble y cuidadosamente criada, que florece en una carretera donde el polvo de los caminantes ahoga todos los brotes . Era el vértigo de un ser sencillo, un sueño embriagador y narcótico en medio de una vida fría y monótona. Y los sueños de seres como él son como barcas sin timón , que van a la deriva presas de una voluptuosidad fluctuante sobre aguas silenciosas y espejeantes , hasta que de pronto su quilla choca con una sacudida seca en una orilla desconocida >> . Stefan Zweig, La estrella sobre el bosque

Le premier chapitre...

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< < Le premier chapitre , Marcus, est essentiel. Si les lecteurs ne l’aiment pas, ils ne liront pas le reste de votre livre. Par quoi comptez-vous commencer le vôtre? -        Je ne sais pas, Harry. Vous pensez qu’un jour j’y arriverai? -        À quoi? -        À écrire un livre. -        J’en suis certain >> . Joël Dicker,  La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert